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EL PROCESO OXIDATIVO

 

Desde tiempos remotos, todas las civilizaciones han intentado que la vida del ser humano sea de la máxima calidad y longeva posible, ya sea con investigaciones médicas o con las propiedades que ofrece el medio natural.

 

Aunque parezca que la esperanza de vida se haya incrementado en este último siglo, es sólo un espejismo. Si lo representásemos en una gráfica, observaríamos como en esta última década,  ha llegado a su máximo repunte. A día de hoy, no sólo se está estabilizando, sino que en los años venideros empezaremos a ver, como la mortalidad prematura adoptará un papel importante y gradualmente comenzará a disminuir.

Antiguamente las personas fallecían por simples resfriados mal curados o de enfermedades de las que no se tenía constancia en el modo de actuación para sanarlas.
La alimentación dependiendo de la época o zona donde se viviese, podía ser más o menos escasa de un modo u otro, pero tenían una diferencia fundamental, y es que la calidad de las materias primas consumidas eran mejores.

Los productos de consumo que nos ofrece la sociedad en la que estamos inmersos, son cada vez más de origen transgénicos, elaborados con fuertes procesos químicos que no sólo, no nos aporta los beneficios nutricionales que debiesen, sino que nos  acidifican continuamente el organismo. Si a esto le sumamos las vacunas impuestas desde pequeños, el consumo indiscriminado de fármacos, la quimioterapia y la radioterapia con que cada vez se está envenenando a un mayor número de personas de todas las edades, estaremos elevando exponencialmente los  radicales libres en nuestro organismo, aumentando con ello los niveles oxidativos del cuerpo. Esto conlleva acercarnos a una vejez prematura aceleradamente.


El cuerpo humano para que ejecute una correcta funcionalidad física y mental, hay que suministrarle  diariamente de una manera u otra todas las vitaminas, minerales, proteínas, aminoácidos esenciales, enzimas y oligoelementos necesarios para todos los procesos metabólicos.

Dependiendo de la alimentación que cada individuo lleve, si no consume ciertos aportes esenciales,  debería de tomar los suplementos de origen orgánico que contrarresten esas carencias, aunque de ningún modo, éste puede ser usado a modo sustitutivo de las comidas. Con una analítica de sangre o preguntándole al cuerpo a través de la Kinesiología, sabremos qué elementos le faltan al paciente.

Cualquier persona con una alimentación desequilibrada que además consuma fármacos de manera continuada, tendrá  un organismo acidificado con una multitud de radicales libres.

Los Radicales Libres o "protón loco" como nosotros lo llamamos, actúan alterando las membranas celulares, atacando el material genético de éstas, como el ADN.

Lo explicaremos de un modo sencillo:

Una molécula estable, contiene átomos con electrones emparejados y podrá  realizar la funcionalidad para la que ha sido creada. Mientras que una molécula inestable, o  “un radical libre”, tiene un electrón no emparejado que buscará a toda costa, recuperar su estabilidad electroquímica. Para ello se acercará a un organismo celular que tenga sus cargas compensadas y le robará el electrón que necesita.  Con lo que al descompensar a dicho organismo micro-celular, éste se autodestruye porque cada molécula de él buscará su estado perfecto robándole a la vecina un electrón y así sucesivamente hasta destruirse por completo.

 

Os dejamos un dibujo explicativo de tal proceso. Utilizaremos para el ejemplo una membrana celular en el proceso oxidativo.

 

            

             

 

 

Si no interceptamos estos Radicales Libres con alimentos ricos en antioxidantes como son: agua alcalina ionizada, las verduras, las frutas, los frutos denominados rojos, las algas  marinas o cualquier suplemento anti-oxidativo de origen orgánico que nos venden los herbolarios, vivirán a sus anchas destrozando organismos celulares complejos que son de vital importancia.  Éstos a sus vez, al descomponerse su estructura, serán radicales libres que actuarán del mismo modo y así sucesivamente. Cada organismo celular que se destruye  no se regenera. Los antioxidantes tomados nos aportarán  iones negativos suficientes para casarse con ese “protón loco” y retrasar al máximo el proceso del envejecimiento.

 

 

                

               

 

Si deseamos estar sano y alcanzar una vida longeva y de calidad, hay que hacer hincapié en una alimentación saludable para no consumir nuestras reservas naturales y así no envejecer antes de la cuenta ni padecer enfermedades degenerativas.

El pH de la sangre oscila entre 7.35 y 7.45, es ligeramente alcalino.  En otro rango el ser humano no podría sobrevivir. Si hacemos caso omiso a esto y llevamos una alimentación pobre, el organismo tirará de los canales de reserva para continuar manteniendo estable el medio ligeramente alcalinizador de la sangre y no estaríamos preservando tal reserva para un momento determinado como una emergencia, lo que llevaría constantemente al cuerpo al límite acelerando el Proceso Oxidativo.

Como resultado, nos iremos deteriorando  más rápidamente que otro individuo que le aporta esos nutrientes esenciales en una alimentación diaria equilibrada.

La sangre se regula por un mecanismo llamado Buffer o amortiguador que impide que se salga de sus valores estables. En ellos intervienen:

Los pulmones con el ácido carbónico (Co2) más sales minerales y los riñones. Ambos actúan conjuntamente compensando cuando hay una acidosis extrema o alcalinosis metabólica para mantener los niveles óptimos de vida.

 


A continuación comentaremos que alimentos entre otras cosas aumentan los radicales libres:


- Grasas animales y saturadas (salvo los pescados de mar).
- Fritos.
- Insuficiente aporte de nutrientes.
- Llevar una dieta altamente acidificante.
- Radicaciones ultravioletas A y B, rayos X.
- Tabaco.
- Drogas.
- Metales pesados (plomo, cobre, hierro).
- Exceso de alcohol.
- Radiaciones y polución ambiental.
- Edad.
- Inactividad física y obesidad.

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